Después de los recientes y sonados casos de dopaje, de reciente actualidad en lo que concierne al entorno de las dos ruedas, no quería dejar pasar la oportunidad de reflexionar sobre el tema.
A los positivos confirmados de Vinokurov y Moreni, en el Tour de Francia de este año y el más que posible de Mayo. Hoy se une el de Sinkewitz, es decir, un chorreo de casos de dopaje que posible y desgraciadamente no acabe aquí y en los próximos días se vuelva a destapar la liebre.
La definición española de dopaje que aparece en la página del CONSEJO SUPERIOR DE DEPORTES que data de 1990 es:
"Promoción, incitación, consumo o utilización de las substancias y grupos farmacológicos prohibidos y de los métodos no reglamentarios destinados a aumentar las capacidades físicas de los deportistas o a modificar los resultados de las competiciones en las que participan". (Fuente: http://www.csd.mec.es/csd/salud/2Dopaje/01Def/).
A mi juicio, este invento socio-político que es la persecución de todo el entramado del dopaje, no es más que un circo. Para empezar, en su definición sólo atiende a la mejora de las capacidades físicas o a la modificación de los resultados, cuando el objetivo principal que debería perseguir el dopaje es la salud del deportista.
Es bastante curioso ver como por ejemplo un equipo de primer nivel de la Liga español, tiene un presupuesto 10 veces superior (por tirar por lo bajo), que un equipo de la zona baja. Eso ya de por sí, modifica los resultados de la competición, pero claro, esto da dinero.
Yo estoy absolutamente en contra de la utilización de substancias dopantes en cualquier deporte, porque atenta contra la salud del deportista, ya que la competición de por sí, normalmente, no es en igualdad de condiciones.
Desgraciadamente el dopaje existe en todos los deportes de alto nivel donde las capacidades físicas son determinantes. Quién lo niegue o no quiera verlo, no es más que un ignorante o simplemente no sabe de lo que habla.
La moda es criminalizar a los ciclistas, un blanco fácil, cosa totalmente injusta. Para no extenderme mucho la UNIÓN CICLISTA INTERNACIONAL, "únicamente" tiene 10 páginas de substancias y métodos prohibidos. (Fuente: http://www.uci.ch/imgArchive/Road/Health/Prohibited%20list%202007.pdf).
En cambio "curiosamente" la lista del CONSEJO SUPERIOR DE DEPORTES tiene 4 páginas. (Fuente: http://www.boe.es/boe/dias/2007/06/29/pdfs/A28002-28005.pdf).
En conclusión, una substancia puede ser dopaje para un ciclista y esa misma substancia no es dopaje para, por ejemplo, un futbolista. ¿Qué mierda entonces estamos haciendo? Una lista única ya, de primeras, para todos los deportes de alto nivel. Si un gelocatil es dopaje, es dopaje para todos los deportistas, practiquen el deporte que practiquen y si no lo es, no lo es para nadie.
Más cosas... en las listas no sólo se hablan de substancias, también de métodos. Aquí tengo yo muchos interrogantes: ¿entrenar en altura no aumenta el rendimiento? ¿emplear protocolos de hipoxia intermitente no aumenta el rendimiento? ¿dormir en una camara hipobárica no aumenta el rendimiento? Entonces, ¿por qué no son doping?
Respecto a los controles antidopaje, tres cuartas de lo mismo, cojamos a todos los ciclistas y les realizamos controles de sangre, les obligamos a que nos den su ADN para compararlo con muestras recogidas a un doctor fraudulento y les obligamos a firmar una carta en la cual se comprometen a no doparse. ¿En baloncesto o en fútbol se hace esto? NO, incluso un futbolista del Bilbao es capaz de seguir disputando partidos de fútbol cuando en un control antidopaje de ORINA, ha dado positivo por nandrolona. ¡Acojonante!
¿Por qué no hacen a todos los deportistas controles de sangre? ¿o a todos sólo de orina? No, hagamos todo tipo de controles indiscriminados a los ciclistas y destruyamos el ciclisto, que parece que no es muy rentable económicamente y sigamos escondiendo la basura en el fútbol, baloncesto, atletismo y un largo ectcétera.
Limpiar el deporte, no es criminalizar al ciclista que se dopa, sino herradicar esa práctica de todo el mundo deportivo, TODO. Persiguiendo no solo al deportista, sino al suministrador y al incitador. El principal problema que yo veo, que mientras todo esté supeditado al éxito deportivo, el poderoso seguirá siendo poderoso (dopándose) y el que no tiene medios, será el que pague el tributo, con una suspensión de por vida por dopaje. Suspensión de por vida, que me parece ideal, pero para todo el mundo. Hasta que esto no se cumpla, el deporte nunca podrá ser símbolo de limpieza y sí de corrupción, política sobre todo.
¡ÁNIMO AL CICLISMO!
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